lengua castellana y literatura

miércoles, 2 de octubre de 2013

LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
Introducción
La materia de Lengua Castellana y Literatura tiene como finalidad principal la
adquisición de los conocimientos, destrezas y actitudes que garanticen la competencia
comunicativa en los más diversos contextos. Por otra parte, la lengua no es sólo un
instrumento de comunicación interpersonal, sino también de representación,
interpretación y comprensión del mundo. Es necesario que los alumnos y las alumnas
adquieran consciencia de este hecho, porque sólo así lograrán alcanzar el
reconocimiento social y la realización personal que son consecuencia directa del
desarrollo de esta competencia, y que constituyen además la finalidad última de la
Educación Secundaria Obligatoria. A este desarrollo contribuye, sin lugar a dudas, el
estudio de la literatura, entendida no sólo como un uso particular y artístico de la
lengua, sino como una valiosísima creación de la humanidad en su intento por
entenderse a sí misma.
La lengua se aprende a partir del uso, en situaciones comunicativas que a diario se
presentan en la interacción social. Sin embargo, en el contexto “formal” de esta etapa
educativa los alumnos y las alumnas tienen la oportunidad de desarrollar su
competencia lingüística, ensayando situaciones diversas, alejadas de su comunicación
cotidiana, que enriquezcan y amplíen sus conocimientos, destrezas y actitudes en torno
a la interacción comunicativa. Por ello, en la clase de lengua se deben adelantar
hipotéticos escenarios de comunicación, de manera que el alumnado adquiera la
preparación para enfrentarse a futuras situaciones que puedan producirse en su vida
adulta, siendo consciente de la versatilidad del lenguaje en función del contexto y de la
intención comunicativa.
En Educación Primaria se han asentado las bases para la lectura, la escritura y la
educación literaria. Corresponde a la Educación Secundaria Obligatoria ampliar la
diversidad de prácticas discursivas, acrecentar la trascendencia del dominio de la lengua
para los logros académicos en general, subrayar la repercusión de las convenciones
estéticas y del contexto histórico y cultural en la literatura, y desarrollar una capacidad
metalingüística a través de la inferencia de reglas de funcionamiento de la lengua que
ayuden al alumnado a progresar en su aprendizaje.
En consonancia con estas finalidades, los contenidos del presente currículo se articulan
en cuatro bloques que deben ser abordados de manera global e integradora,
estableciendo las oportunas correspondencias entre ellos. A esta integración de los
contenidos contribuye la adopción de un enfoque comunicativo-funcional, orientado al
conocimiento de la lengua en uso, tal y como aconseja el Marco de referencia europeo
para el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de las lenguas.
Los bloques I y II, «Escuchar, hablar, conversar» y «Leer y escribir», se refieren, como
sus títulos indican, al desarrollo de las destrezas lingüísticas necesarias para la
comunicación y habrían de tener especial relevancia en la práctica docente. La
progresión de los contenidos a lo largo de los cursos de la etapa tiene en cuenta,
fundamentalmente, el grado de proximidad de las prácticas discursivas a las situaciones
de comunicación cotidiana y la complejidad creciente de los textos según su tipología y
características. En cualquier caso, en todos los cursos, y siempre considerando los
intereses del alumnado, se debe procurar una diversidad de ámbitos de procedencia y
uso de los textos: relaciones interpersonales y con las instituciones, medios de
comunicación, ámbito académico...
194El bloque III, «La educación literaria», persigue el conocimiento de las convenciones
literarias y de las obras más representativas de nuestra tradición y, sobre todo, potenciar
el «uso y disfrute de la literatura» entre los alumnos y las alumnas, tanto a través del
hábito lector como de las creaciones propias. Este aspecto tiene, además, singular valor
para el desarrollo de la competencia comunicativa entendida en su doble vertiente, inter
e intrapersonal. En efecto, los contenidos literarios colaboran en la formación de la
personalidad, promueven y facilitan la interacción y la participación, ayudan a clarificar
creencias o valores, encauzan sentimientos, desarrollan la sensibilidad estética,
enriquecen la conciencia crítica y aumentan la capacidad creadora. Resulta interesante,
por tanto, que el estudio de la literatura pretenda involucrar al alumnado y lo convierta,
dentro de sus posibilidades, en parte activa de la creación literaria. En los dos primeros
cursos de la etapa se amplía el conocimiento de las convenciones literarias y de las
características que diferencian el hecho literario de otros usos comunicativos de la
lengua, siempre mediante el uso de los textos apropiados. A partir del tercer curso se
aborda el estudio histórico de los textos, otorgando la debida relevancia al contexto
sociocultural en que fueron creados. En la selección de textos literarios a lo largo de
toda la etapa se ha de considerar la conveniencia de acercar al alumnado a las obras de
autores canarios, por cuanto favorecen su identificación con los temas, la lengua y la
realidad que reflejan. En los dos últimos cursos de la etapa, la literatura canaria debe,
además, engarzarse convenientemente con los distintos períodos y movimientos
literarios.

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